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Copia de Integridad, Empatía, Creatividad: ¡Sinónimo de Facilitador!

¿Qué es ser un facilitador?


Un facilitador es una persona con habilidades particulares que ayuda a un grupo a comprender sus objetivos comunes y planificar, un experto en procesos y dinámicas grupales con idoneidad en el diseño y coordinación de talleres y sesiones de trabajo. Generalmente el facilitador te enseña metodologías, herramientas nuevas que te ayudarán a desarrollar habilidades y a su vez, te explicará detalle a detalle la forma en cómo se aplica. Un facilitador te ayuda a diseñar estructuras organizacionales, comunitarias, entre otros.


El propósito del facilitador es "hacerlo más fácil", es decir, encontrar las mejores soluciones a problemas complejos.


Como mencionamos al inicio, el mundo sigue cambiando, y la facilitación no es ajeno a ello. La disciplina fue adaptándose a los cambios que surgieron mientras pasaban los años, llegando a un punto en diversificarse en gran medida, donde no solo se aplica únicamente en talleres participativos, sino dentro del campo de la psicología, la educación, la política, el desarrollo comunitario, el desarrollo social, la administración, entre otros tantos campos de la sociedad. La facilitación ahora es ubicua.


Así como la facilitación cuenta con algunas funciones que sirven como apoyo, un facilitador también los tiene, en este caso lo llamaremos como prácticas y lo vamos a relacionar frente a un equipo de trabajo y lo describiremos como prácticas y lo vamos a relacionar frente a un equipo de trabajo y lo describiremos para tener un mejor concepto de cada práctica.


Las funciones del facilitador


Práctica 1:

Los facilitadores motivan a que los grupos busquen nuevas oportunidades para enfrentar y cambiar el status quo.


Los facilitadores buscamos oportunidades en los diferentes espacios locales. Somos expertos en ampliar el campo perceptual de las personas, de los grupos y de las instituciones para reconocer nuevos procesos sociales, para contar con nuevos y mejores insumos, información, conocimientos, que nos permita definir una nueva configuración de los problemas para mostrar a los grupos diferentes panoramas. Nos ocupamos de alterar el status quo, de crear algo totalmente inédito, de generar procesos innovadores, de vencer al sistema de letargo en la que algunas veces se encuentran los procesos sociales. Por encima de todo, esta función implica generar comportamientos proactivos orientados al cambio. Para que los grupos busquen oportunidades, los facilitadores utilizan las siguientes estrategias:

  • Despiertan la motivación intrínseca de las personas

  • Equilibran la paradoja de las rutinas

  • Miran alrededor en busca de información sobre el mundo

Despertando la motivación intrínseca de las personas y los grupos:

Los facilitadores de procesos sociales cumplimos la función de motivar y para ello conocemos a profundidad las necesidades, los motivos humanos y las razones por las que las personas participan en la dinámica social. De ahí, la importancia de llegar a la motivación intrínseca despertando en lo más profundo e íntimo de las personas sus voluntades para la acción.


Equilibrando la paradoja de las rutinas en las personas y los grupos:

Nuestra función es generar en el grupo un clima para la innovación y la creatividad de tal forma que inclusive las relaciones interpersonales se hagan más horizontales. La primera gran resistencia que encontramos los facilitadores es la aparición de las rutinas, así por ejemplo es común escuchar: "Van a hablar más de lo mismo", "Estas rutinas son una pérdida de tiempo", "Las cosas no van a cambiar". Los facilitadores debemos creer que es posible el cambio.


Mirando alrededor en busca de información sobre el mundo:

Para detectar las nuevas necesidades desde una visión sistémica de cambio, los facilitadores debemos mirar el todo y las partes permanentemente. Es necesario que nos mantengamos sensibles a las realidades externas, especialmente en este mundo globalizado. Es nuestra función que las personas se conciban a sí mismas como ciudadanos universales, que aprecian lo local en relación con lo universal. Si aseguramos que las personas rompan sus parámetros podremos decir que estamos en condiciones de actualizar permanentemente el sistema social, es decir, habremos quebrado el status quo.


Práctica 2:

Los facilitadores experimentan y asumen riesgos, aprenden de los errores y los éxitos.


Durante la facilitación tenemos que aprender a tomar riesgos y debemos asumirlos como parte de la vida social. La decisión de arriesgar puede llevarnos a que logremos nuestro propósito o no; si no fuese así, debemos también aprender de nuestros errores para no volver a equivocarnos. Miremos el caso de grandes personajes como Nelson Mandela, quien desafió el Apartheid con una auténtica motivación intrínseca de querer cambiar la situación de opresión que vivían los sudafricanos negros pagando con muchos años de prisión por su posición.


INSPIRANDO UNA VISIÓN COMPARTIDA


Práctica 3:

Los facilitadores visualizan el futuro.


Somos visionarios, pues nos adelantamos a los cambios que sucederán en la sociedad y el ambiente. Para ello, nuestra percepción es altamente desarrollada y juega con estas imágenes para configurar la construcción de ideales que orientan nuestra labor de campo. Las visiones y los sueños atraen y congregan voluntades. Todo sueño apuesta por un mejor futuro para todos, es optimista en esencia, recurre al uso de la intuición como herramienta permanente de la mente para proyectarse al futuro.


Práctica 4:

Los facilitadores conforman redes que contribuyen al capital social.


Nuestra visión tiene el componente y sello del "nosotros", no es visión que alimenta el ego, sino la que comparte y señala la ruta que permita el logro de objetivos colectivos comunes. Cuando dicha visión se comunica adecuadamente entonces los resultados son relevantes, pues generan la satisfacción de emprender nuevos retos, de pertenecer a colectivos con causas nobles y altruistas. La creación de redes permite que se afiancen los compromisos y lealtades de los ciudadanos ennobleciéndose el trabajo en grupo.


FACILITANDO A QUE OTROS ACTÚEN


Práctica 5:

Los facilitadores fomentan la cooperación y la confianza mutua.


La competencia es buena, pero abusar de ella solo trae divisionismo y genera que las personas muchas veces muestren facetas desconocidas, con la cooperación generamos confianza, pues bajamos las tensiones naturales que las personas sienten ante la competencia.


Práctica 6:

Los facilitadores redistribuyen el poder a los demás para que asuman responsabilidades.


A veces, sin darnos cuenta, los facilitadores asumimos poderes que son conferidos por los grupos, por ello la redistribución de poder en los grupos facilitados es parte de nuestros objetivos. Ello nos invita a identificar a la persona que conduzca al grupo al logro de sus objetivos. No dudemos en darle escena para que ella genere un clima de confianza y de permanencia de los cambios.


MODELANDO EL CAMINO


Práctica 7:

Los facilitadores son coherentes entre lo que dicen y hacen.


Las personas buscan facilitadores íntegros, por ello se requiere que estemos en una evaluación de nuestro trabajo, de nuestras actitudes ante la vida. Para ello recurrimos permanentemente a la introspección y a la autofacilicación de nuestros proyectos personales de vida.


Práctica 8:

Los facilitadores logran pequeños triunfos permanentemente generando compromisos para la acción.


Cuando facilitamos procesos sociales, debemos trazarnos grandes metas que nos permitan obtener triunfos pequeños permanentemente, puesto que ello genera mayor confianza y la idea de poder hacer las cosas eficientemente. Ir de pequeños a mayores logros es la mejor estrategia para afianzar nuestra autoestima.


BRINDANDO ALIENTO PERMANENTE


Práctica 9:

Los facilitadores reconocen las contribuciones de las personas y los grupos.


Cada participación y contribución tiene un reconocimiento y merece ser comunicada a los demás. Si alguien hizo algo bueno hay que decirlo; si ocurre lo contrario, seamos prudentes para comunicarlo personalmente. Nada es más desagradable cuando se comentan los errores de las personas públicamente, lo que podemos hacer es asumir el error personal como grupal, de esa manera no nos confrontamos.


Práctica 10:

Los facilitadores celebran los logros y valoran las victorias.


Debemos hacer un alto en el camino para celebrar los logros obtenidos, ello implica que estemos involucrados con las costumbres y la cultura de las personas. Es muy gratificante cuando un colectivo se recrea y valora sus logros a través de manifestaciones públicas de algarabía y gozo.


Después de haber aprendido y entendido los conceptos de qué es la facilitación y qué es un facilitador, observemos desde un punto de vista empresarial sobre qué beneficios puede traer a la empresa para una mejor optimización de recursos y mayor rentabilidad:


  • Se desarrollan competencias como capacidad de innovación y resolución de problemas.

  • Generalmente la calidad de las decisiones es mayor.

  • Aumenta la participación de los asistentes mediante la utilización de técnicas de facilitación, por tanto, aumenta la productividad del grupo.

  • Los participantes están centrados, principalmente, en el contenido de la sesión y no en el proceso de cómo conseguir los objetivos, por tanto, la calidad de su participación es mayor que en una sesión sin facilitador.

  • Los miembros del grupo están más comprometidos con las decisiones tomadas al estar ellos mismos más involucrados en el proceso de decisión.

  • Mayor sensación de formar parte de un grupo al estar muy involucrados en el proceso.

  • Los participantes son animados a pensar y actuar en beneficio de todo el grupo.

  • Actitudes negativas, desmoralización, baja participación son improbables por las propias dinámicas de la facilitación.

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